Vínculo afectivo en la adultez seguro vs. inseguro
En otro post definimos lo que es un vínculo afectivo: sentimiento de amor que une a las personas a nivel interpersonal. Cuando se tiene un vínculo afectivo con otra persona, nacen emociones como la solidaridad, comprensión, cariño y ayuda mutua.
También explicamos lo que es el apego: el tipo de vínculo afectivo (el cómo es) que desarrolla el niño con sus cuidadores principales (normalmente sus padres, pero pueden ser otras personas de referencia) en función de cómo estos cuidadores responden a las necesidades del niño.
Y también explicamos que ese estilo de apego en la infancia (el cómo ha sido ese vínculo entre los cuidadores y el niño) va a quedarse «grabado» en el niño: de esa relación el niño aprende a relacionarse consigo mismo y con los demás. Así, cuando el niño se convierte en adulto, vemos que el estilo de apego (el cómo ha sido su relación con sus cuidadores) influye mucho en el tipo de relaciones interpersonales que mantiene.
Por ello, también hablamos de estilos de apego en la adultez, refiriéndonos a las tendencias de la persona en cuanto a las relaciones sociales que mantiene (a la forma de vincularse, de relacionarse, con los demás).
Por ejemplo, una persona que haya vivido un estilo de apego seguro en su infancia, lo más seguro es que mantenga relaciones bastante sanas con otras personas (donde exista confianza, respeto, disponibilidad, presencia, cariño, comunicación, etc.). Sin embargo, una persona que haya vivido un estilo de apego inseguro en su infancia, no se vinculará con otras personas en su adultez de forma muy saludable.
Así, podemos distinguir dos grandes tipos de relaciones afectivas en la adultez: vínculos seguros o saludables y vínculos inseguros o no saludables.
- Vínculo seguro o saludable.
En este tipo de relación encontramos características como la comunicación, la confianza, la expresión de emociones y necesidades, la disponibilidad, la co-responsabilidad afectiva, la ayuda mutua, el cariño, la presencia, la afinidad, el respeto, la presencia de límites saludables, la comprensión, etc.
- Vínculo inseguro o no saludable.
En este tipo de relación entre dos personas no encontraremos esas características (o no todas) que encontramos en las relaciones seguras. Aquí podemos encontrar escasez de comunicación, miedo a expresar nuestras necesidades o emociones, desconfianza, celos, ambivalencia (a veces estar disponible y presente y otras no), desprecios, inseguridad, traspaso de límites, etc. Y será una relación donde esté bastante presente el enfado y otras emociones difíciles o desagradables.
Hay que matizar que no existe un vínculo 100% seguro, porque eso sería la perfección, y ya sabemos que la perfección no existe. Por ello, se trata de trabajar en nosotros mismos, en nuestro estilo de apego, en nuestra manera de relacionarnos y vincularnos con los demás, en nuestras heridas emocionales, etc. para poder entablar, mantener y disfrutar de relaciones saludables con los demás en nuestra etapa adulta.
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