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¿Tienes una relación sana con el ejercicio físico?

Si no entreno un día, me genera mucha ansiedad y preocupación o me siento culpable.

Hago ejercicio para «bajar de peso».

Hago ejercicio para compensar o «quemar» lo que comí.

Entreno aunque esté lesionadx o cansadx porque, si no, me siento mal (culpable o con sensación de fracaso o de haber hecho poco).

Hago ejercicio solo para quemar calorías y no sentirme (tan) culpable por comer.

Entreno igual aunque no tenga ganas, porque si no siento que lo he hecho mal.

Me siento mal conmigo mismx si un día (o varios) no entreno al 100%.

Entreno, pero no lo disfruto.

Cuando hablamos de relación funcional con el ejercicio, nos referimos a una relación adaptativa y saludable. En una relación sana con el ejercicio físico, este se hace porque te gusta, porque lo disfrutas, porque te enganchan las endorfinas que generamos al movernos, porque te gusta esa sensación de cansancio agradable y relajación que se queda después de entrenar, porque sabes que es saludable para tí, etc.

En una relación sana con el ejercicio físico no ponemos el foco en la estética, no lo usamos como estrategia de compensación (por haber comido), no cabe la rigidez y la exigencia, no ponemos el foco en el resultado (sino en el proceso). De igual forma, escuchamos las necesidades de nuestro cuerpo o de nuestras emociones de ese día y nos permitimos ir al ritmo que ese día es necesario y también adaptar el tipo de actividad / entrenamiento (sin culpa o sin sensación de «lo estoy haciendo mal» o «estoy haciendo poco»),… Celebramos nuestros logros y no nos martirizamos por los días «flojos». Reímos si nos caemos o si algo no nos sale (o, al menos intentamos no vivirlo como un fracaso).

¿Cómo es tu relación con el ejercicio físico?

María Rodríguez Avatar Psicóloga
María Rodriguez

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