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Secuelas de las heridas emocionales

En otro post hablamos de qué son las heridas emocionales.

Aquí vengo a explicarte, a través de ejemplos, qué secuelas pueden dejarnos esas heridas:

    • Un adulto perfeccionista.
    • De pequeño no le permitían cometer errores (le reñían, le transmitían que lo había hecho mal, recibía enfados o críticas, etc.).

    • Un adulto dependiente de vínculos poco sanos.
    • De pequeño tuvo un padre/madre ausente (física o emocionalmente).

    • Un adulto muy autoexigente e independiente (que no autónomo, ya explicamos la diferencia entre independiente y autónomo en otro post).
    • De pequeño, tuvo padres poco presentes en su vida cotidiana, y le dejaban muchas veces a cargo de su hermano pequeño (esto es asumir responsabilidades que no tocan).

    •  Un adulto que tiende a hacer que los demás estén contentos: agradarles, que los demás estén bien, que le valoren positivamente por sus esfuerzos hacia los demás, que trata de que nadie se enfade con él (es decir: complaciente y que le cuesta poner límites).
    • De pequeño le criticaban mucho o sus padres eran muy exigentes o se esperaba mucho de él, y siente miedo a que se enfaden con él o le valoren negativamente (miedo al rechazo).

Todo esto tiene que ver con trauma, con heridas emocionales. Lo negativo que vivimos de pequeños, si no lo reparamos, nos seguirá acompañando en nuestra adultez y nos perjudicará en nuestras relaciones interpersonales.

¿Te identificas con alguno de estos ejemplos? ¿Se te ocurren otros ejemplos?

En consulta trabajamos sobre las experiencias del pasado que nos han marcado, reparando las heridas que nos han dejado y permitiéndonos vivir en el presente de forma más libre y feliz, con relaciones más sanas y satisfactorias.

María Rodríguez Avatar Psicóloga
María Rodriguez

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