insuficiente

Me siento insuficiente: herida emocional de rechazo.

Una herida emocional podría definirse como secuelas psicológicas que nos han dejado determinadas experiencias traumáticas (principalmente en la infancia, que es cuando somos más vulnerables). Cuando decimos ‘traumáticas’, no necesariamente tiene que ser algo «terrible» o muy impactante. De hecho, muchas veces ni siquiera somos conscientes de cuánto daño nos han hecho determinadas experiencias, de cuánto daño hacen determinadas experiencias a los niños, de cuánto de mal están determinados actos que tenemos muy normalizados en la familia.

Heridas emocionales hay varias. Aquí vamos a explicar la herida emocional de rechazo.

Esta herida es provocada por experiencias de no aceptación (rechazo) hacia la persona en general o hacia determinadas partes de ella (tendencias de comportamiento, facetas, actitudes, opiniones, etc.) por parte de los padres, familiares cercanos, amigos, incluso profesores o compañeros de clase o la sociedad misma, a medida que la persona va creciendo. Ejemplos de estas experiencias son: experiencias donde el niño/adolescente ha  recibido mucha crítica, invalidación de sus emociones u opiniones, exigencia, que se le transmita la idea de que siempre puede hacerlo mejor o hacer más, o que se le suela señalar lo que le falta en lugar de alabar lo que ha conseguido, que se le señale o castigue por cometer errores (que no se le permita cometer errores), que se espere mucho de esa persona, que le dejen solo o le den un feedback negativo (gritos, desaprobación,…) cuando muestra determinadas facetas suyas (por ejemplo cuando expresa su enfado) en lugar de ayudarle a gestionarlo, etc. Y, por supuesto, también podríamos poner ejemplos más claros, como haber sufrido bullying (que se rían o maltraten de otra forma al niño por tener determinadas características, por su forma de ser, de hablar de comportarse, etc.). Otra forma de recibir rechazo es simplemente exponiéndonos a la publicidad donde se nos transmite la idea del cuerpo o las características físicas que se supone que deberíamos tener.

Todas estas experiencias no pasan en vano, sino que van dejando un poso que tiene que ver con la idea de «no soy suficiente»: no soy suficientemente válido, no soy suficientemente bueno en deportes/estudios/trabajo…, no soy capaz, no valgo, mi cuerpo no vale (no es bonito), etc.

Como ya podemos entrever, la herida emocional de rechazo se puede manifestar en diferentes áreas como en la pareja (de hecho, muchas veces es lo que está detrás de los celos), en deportes, en estudios o trabajo, etc. Por tanto, va de la mano con que vaya creciendo el autodesprecio, y supone que la mínima crítica sea sentida como una amenaza y se reaccione de una forma digamos «intensa» (con enfado, con ataques, sintiéndose fatal y poniéndose a llorar o quedándose bastante rato mal y dándole vueltas al comentario) y se busque frecuentemente la aprobación de las demás personas (por ejemplo con que le feliciten o le reconozcan méritos o cosas que hace bien, a través de la estética, etc.).

La reparación de esta herida tiene que ver con aprender a valorarse, con desarrollar una relación más amable y afectuosa con uno mismo, trabajar las inseguridades, sustituir unas creencias por otras, etc.

María Rodríguez Avatar Psicóloga
María Rodriguez

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