Soy psicóloga y tengo mi propia psicóloga. Igual que un médico tiene su propio médico y un dentista también va al dentista. Además, la principal tarea que uno tiene que hacer para autoconocerse y crecer personalmente o cambiar algo de sí mismo o de su vida, es darse cuenta.

Te das cuenta de que estás despeinada porque te miras en un espejo o porque alguien te lo dice. Pues bien, mi “espejo” es mi psicóloga. Al igual que yo soy “el espejo” para mis pacientes. De hecho, justamente ha sido con mi psicóloga con quien he aprendido muchas de las cosas que hoy sé y quien me ayudó a darme cuenta por mí misma de muchas otras.

En definitiva: a lo largo de mi andadura en el camino del autoconocimiento y del desarrollo personal me he ido dando cuenta de diferentes cosas a priori sencillas, pero súper importantes. Tan importantes que me las he ido tatuando. Tan importantes, que representan mi manera de tomarme la vida. Y me gustaría explicarlas y compartirlas aquí con vosotros. Hoy os traigo esta.

Conmigo.

O, en inglés, “with me”.

Este fue mi primer tatuaje, justo a la altura del corazón. ¿Qué significa “with me”? “With me” fue el resumen de mis primeros meses de trabajo personal. Al empezar, mi relación conmigo misma tenía amplias carencias. No me valoraba, no me aceptaba, no me permitía, no me hablaba bien, no nada… Por supuesto, os podéis imaginar el estado de ánimo que solía tener: triste, ansiosa, enfadada o frustada eran mis 4 habituales. Si habéis leído el post La influencia del diálogo interno lo entenderéis mejor.

En esos meses me empecé a dar cuenta de que necesitaba mejorar la relación conmigo misma y quitarme un montón de aprendizajes desafortunados (creencias, pensamientos) que me había incorporado y que no me ayudaban en nada. Como por ejemplo: “no soy suficiente”, “no valgo para nada”. Lo que aprendí (entre otras cosas) fue a disfrutar de mi propia compañía, a respetarme, a valorarme y a hablarme y tratarme de forma amable, comprensiva, juzgándome muchísimo menos, sin duras críticas y con palabras de cariño.

Después de todo, me di cuenta de que la persona más importante de mi vida soy yo. Y de que siempre podía contar conmigo. Y de que mi propia compaía era un regalo. Me volví mucho más autónoma y segura de mí misma. Y, en general, la gente lo notó.

Busqué un pequeño regalo para hacerme tras todo el trabajo que había hecho, a modo de agradecimiento por haberme encontrado a mí misma. Y un día se me ocurrió que “conmigo” era el resumen perfecto de todo lo aprendido y que escribírmelo en la piel sería un bonito recordatorio para el resto de mi vida.

Mientras pueda bailar conmigo, da igual el escenario.